mercredi, juin 13, 2012

Una entrevista sobre derechos de autor


Revolviendo mails encontré esta entrevista que me hiciera Nicolás Mavrakis en 2010, como creo que nunca se publicó paso a hacerlo ahora. Aún teniendo este texto, ya casi dos años de antigüedad creo que puede seguir aportando algo al debate sobre el conocimiento libre o lo que es lo mismo sobre como entendemos la cultura: 
Cosa que se puede hacer de dos maneras:
!) Como las mercancías que individuos (por tanto no divisibles, átomos, esencias puras sin nada del afuera adentro) individuos desligados atomizados que desde una genialidad sin origen: ¿que otra cosa puede ser un autor sino Dios creando desde la nada? "Crean" entonces las "obras" que las industrias que viven del lucro que esas mercancías producen, designan con esos nombres avaladas en esto por publicistas que se disfrazan de críticos, entendidos, académicos, periodistas, etc.,  para decirnos que tenemos que consumir y como.
2) Como producción social de sentido, que no tiene un origen, sino que se desarrolla en la copia y en el plus que la imposibilidad de la misma produce, una cultura que es el texto en el que una sociedad se escribe y que no puede producirse sin el acceso a ese archivo común a esa herencia de la que se nos quiere despojar, en nombre de figuras de lo privado, como el mal llamado derecho de "autor" inventadas por el sistema de exclusión llamado capitalismo. Y está expropiación de la herencia social, es doble la que ya conocemos y la nueva que tiene como fin hacer desaparecer las posibilidades para un acceso y una participación universal en la misma que la revolución de los aparatos de reproducción y transmisión (Internet) viene provocando. Aquí las preguntas que Mavrakis me formulara por mail junto con mis respuestas:.

En fin, volviendo a nuestro tema. Me interesaría que pudieras responderme preguntas en base a una premisa que sí dijo R. Stallman y que a su vez resume en gran parte el dilema sobre la propiedad del conocimiento: "El conocimiento privativo es conocimiento denegado".

1-¿Cuál es tu opinión sobre esta cuestión de conocimiento privativo = conocimiento denegado?
No soy un gran conocedor del pensamiento de Stallman, así que voy a intentar una traducción –siempre infiel como toda interpretación- de la frase que usted menciona. Si algo es privado está –por definición- negado a todos aquellos que no son sus dueños. Todas nuestras leyes tienen como axioma, la defensa de lo privado. Creo que todos entendemos lo que significa un barrio privado, un hospital privado, una escuela privada. Si no tenemos un papel que nos reconozca como “los privados” se nos será negado, el acceso al barrio, al hospital, a la escuela. Así funciona desde hace siglos el sistema capitalista, no es ningún secreto, no estamos descubriendo la pólvora. La ofensiva de los amantes de las patentes, es el intento para que la Web responda a esta vieja, conocida y desastrosa historia.
Antes de la aparición de Internet y la revolución técnica que la acompaña era muy fácil privatizar el conocimiento: había ciertos señores que eran dueños de maquinas, obreros y recursos, necesarios en aquellos momentos para producir un libro, una película, una grabación musical. Estos propietarios privados, decidían que se debía leer, escuchar, contemplar, pensar. Un aparato periodístico-académico completaba el tándem. Se creo así un estamento de “especialistas” que dictaminaban que se debía consumir en cuanto a los bienes culturales, en base a determinar lo más rentable económicamente, y aquello que era funcional a esta cultura donde editores, críticos, profesores, nos trataban como niños tontos que no pueden ni deben elegir lo que consumen y mucho menos producir y distribuir (colmo de los colmos) conocimiento, sin la supervisión y la intervención forzada de estos señores que tenían y tiene todavía en gran medida privatizada la cultura en su propio beneficio.
Hoy día cualquier autor puede publicar sus textos, con la posibilidad de tener muchísimos más lectores que si se sometiera al intermediario “privado”, si somos músicos podemos hacer conocer nuestra música a través de la Web, sin necesidad de tranzar con los intermediarios, sus exigencias comerciales y sus contratos que tanto en los libros como en la música, garantizan todo para el “productor” (que en rigor no produce nada) y nada para el autor, para seguir usando esa vieja palabra metafísica que ya no significa nada.

2-¿Cuál es tu experiencia concreta -más allá del resultado de la acción judicial en tu contra- sobre el estado de este debate en la industria editorial?
La industria editorial, parece empeñada en no aprender nada y sigue apostando a la criminación de practicas que hoy en día están universalmente extendidas, usar Internet es hoy violar la ley (obsoleta) de derechos de autor. Y a la vez en una muestra más de la esquizofrenia que nos guía, nos venden cada día más planes de conexión a Internet más veloces, reproductores de música y video con conexiones cada vez más rápidas y fáciles a las computadoras conectadas a la Web, en definitiva se nos vende el kit completo del pirata moderno en 50 cuotas y a la vez se sigue con una ley de propiedad intelectual de 1933 que criminaliza toda “reproducción”. ¿Se da cuenta? vivimos entre maquinas de reproducir fabricadas para reproducir y si las usamos nos convertimos en delincuentes.
Esto en el campo de la educación universitaria es un desastre. Las bibliotecas están despobladas y además sometidas a la absurda ley de 1933, con lo cual deberíamos ir a ellas con lápiz y papel, en el mismo momento que el gobierno anuncia que se le proveerá de una network a cada alumno secundario; pero sigamos en las bibliotecas hay poco y nada, en las librerías menos, los libros de filosofía, se agotan en días –a precios prohibitivos o privativos como mejor le guste- pero además pueden llegar a estar agotados por 20 o más años. Con muchísima suerte, claro, lo más común es que desaparezcan para siempre, ya que sus dueños (los editores de papel) lógicamente sólo fabrican aquello que piensan que pueden vender muy rápidamente, y los demás, los que no somos dueños de los “derechos” no podemos hacer nada para rescatar todo ese patrimonio que desaparece día a día, ya que está prohibida cualquier tipo de reproducción, aún con fines educativos. Esto lleva a que generaciones enteras de estudiantes universitarios se hayan debido formar “delinquiendo” sea vía fotocopia o vía Web. Para estos problemas desde los defensores del derecho de copia no se esboza ninguna solución, ni siquiera se menciona el problema, salvo para hacer acuerdos espurios con la UBA y otras universidades para que parte del presupuesto educativo vaya a subsidiar a estas industrias obsoletas e ineficientes.

3-¿Cuáles son los riesgos (en términos sociales, económicos, educativos) de que aún bajo las  posibilidades novedosas de Internet, la propiedad intelectual y los derechos de autor se sigan rigiendo con los mismos valores que en la época del papel?
Bueno justamente que quedemos anclados a un pasado de escasez de los bienes culturales en el momento mismo que contamos con maquinas formidables para su difusión, su diseminación, su acceso universal.
Pero no creo que triunfen, como la historia reciente lo viene demostrando, por otra parte.
Internet se basa en un sistema de distribución de la información que no tiene un esquema arborecente, no hay una instancia central desde donde controlar lo que se puede o no difundir, a cada nuevo ataque, a cada nueva censura, la red encuentra la forma de liberar el camino, de aplastar las barreras, para llevar a todos la información, para terminar con su monopolio.
La cultura, que no es de nadie, la hemos heredado, la hacemos entre todos y para hacerla necesitamos contar con lo que otros han escrito antes que nosotros, al menos la filosofía (y sospecho que muchísimas disciplinas más no podrían producir lo nuevo, sin el acceso a nuestra herencia a nuestra tradición. Mantenerla “privada” es privarnos del porvenir.

4-¿Resumirías brevemente tu experiencia específica con los libros de Heidegger, Nietzsche, Derrida? ¿A qué clase de "poder privativo" y con qué intereses quedaste enfrentado en ese caso?
Hace más de diez años que difundo filosofía en la Red. Claro en esos primeros años se veía como un divertimento para Nerds y nadie le daba importancia. Algo que de cierta forma sigue ocurriendo: no es lo mismo un libro publicado en papel, de 500 ejemplares que ese libro publicado en la Web y leído gratis por millones, sigue siendo más prestigioso –en el colmo de la estupidez- el librito de papel y el “papel” sacro que éste aún tiene.
Bueno todo esto para contar que los ataques contra mis sitios son muy recientes, se ve que luego de todo este tiempo, los editores cayeron en la cuenta de que Internet podría ser un enemigo no solo para sus negocios, sino para sus pretensiones de ser los que eligen lo que se debe leer y lo que no.
Mi juicio estuvo impulsado por el “agregado cultural” de la embajada de Francia –quien al parecer no le interesa que uno de los filósofos franceses más importantes del siglo XX: Jacques Derrida sea difundido en todo el planeta y que sus textos sean inmediatamente accesibles a todos los interesados en la filosofía que cobija este mundo, sino que, por el contrario, tiene puesta todo su energía en que las empresas francesas no se vean obstaculizadas en su loable tarea de hacer dinero a costa de pensamientos ajenos y obstaculizando en el camino el derecho a la información y por tanto a la investigación y a la producción de filosofía, sobre todo en los países como el nuestro a los que ellos llaman “periféricos” y cosas peores. Esta cruzada colonial fue tomada por la Cámara “Argentina” de libro, que a través de su apoderado legal, presento una denuncia penal contra mi, las penas para este “delito” con la absurda ley llegan hasta los 6 años de prisión.

5-¿Qué opinás sobre el hecho de que la Argentina sea considerada por las cámaras de cine, música y software del mundo como una eminente "cuna" de la piratería? ¿A qué creés que se debe? ¿Vacíos legales o una "filosofía" distinta de los argentinos sobre la cuestión?
Las cámaras patronales, los lobbys empresariales son expertos en la mentira, no confiaría en nada de lo que dicen, eso en primer lugar.  Por otra parte, soy muy reacio a la idea de que haya una filosofía o una mentalidad común que nos identificaría como nación, me parece una idea peligrosa, que en sus peores expresiones, puede caer en ideas tales como las del “Ser Nacional” tan cara a la dictadura del 76-82, que tanta gente torturo y asesino por no comulgar en las ideas que según ellos un argentino de bien debía tener. Otra forma, más bárbara, eso sí, de “privatizar” la información.
En el caso de los libros, yo a causa de mi edad, sigo teniendo cierto fetichismo con ellos, me encantan!!! Pero gano un sueldo de docente, comprarme un libro de filosofía puede llegar a costarme un diez o un veinte por ciento del mismo, no hay. en una situación así, muchas opciones si uno pretende seguir leyendo, enseñando e investigando.

6-¿Imaginás un mundo donde, como en algunos casos en los EE UU con música y video, se encarcele realmente a gente que pretende difundir libros que de otro modo serían inaccesibles por diversos modos en la web?
No me caracterizo por mi optimismo, y no me extraña, después de haber visto tantas, ninguna de las atrocidades que pueda cometer el poder. Esta es una batalla por la información, quizá una de las más importantes de este siglo, el avance o el retroceso de la barbarie se juegan aquí. Pero como dije antes se les va a hacer muy difícil, no sólo por el carácter, rizomatico, virosico de la Web, sino porque no queremos que algo que nació libre, sea colonizado y privatizado por los intereses de siempre. Hemos aprendido que podemos valernos por nosotros mismos, que no necesitamos intermediarios y que tenemos los instrumentos para universalizar el conocimiento. Si los inquisidores, los censores, los vigilantes, los perros del hortelano, los mercaderes quieren triunfar van a perder mucho en el camino. Ya somos mayores de edad y no vamos a renunciar a la Web que conocimos por una nueva variante de la televisión por cable. No necesito que ningún vivo me venga a vender lo que personas de bien de forma -y nunca mejor dicho- ad honorem ya han puesto en la Web y con mayor dedicación en ediciones más cuidadas, porque de un lado solo rige el dinero y del otro el amor al conocimiento, que curiosamente en griego se llama filosofía.