vendredi, mai 26, 2006

Gadamer, Derrida y la politíca del sentido


El agricultor sensato y el jardinero jugador.
Gadamer, Derrida y la política del sentido.
Horacio Potel
El 25 de abril de 1981 en el Instituto Goethe de París, frente a Jacques Derrida, Gadamer declaraba «Yo echo de menos en los seguidores franceses de Nietzsche un esclarecimiento de lo que significa la dimensión seductora del pensamiento nietzscheano. Sólo así llegan a pensar, creo yo, que la experiencia del ser que Heidegger intentó descubrir detrás de la metafísica es más radical en el extremismo de Nietzsche». Por cierto «el genio del corazón» del que Nietzsche-Dioniso nos prohibió revelar su nombre: «no dice una palabra, no lanza una mirada en las que no haya un propósito y un guiño de seducción». Porque la seducción es ocultación y promesa, la seducción acaba con lo presente, necesita del velo y de la distancia, vive de la ausencia, muere en la presencia; la seducción es promesa, por-venir, tiene una estructura mesiánica: Dioniso o el Crucificado, Dioniso y el Crucificado.
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