jeudi, novembre 15, 2012


EL COPYRIGHT SEGÚN HORACIO POTEL

En: Cultura en México
10 de Noviembre de 2012 
Patricia Gutiérrez-Otero
Publicado en Siempre! Presencia de México
http://www.siempre.com.mx/2012/11/el-copyright-segun-horacio-potel/

Provocadora y pertinente, la posición del intelectual argentino Horacio Potel en relación con el derecho de autor que presentó en la conferencia magistral con que este 31 de octubre cerró el Coloquio Internacional El Intelectual en Iberoamérica Hoy, organizado en Puebla por diversas instituciones, en particular por la Facultad de Filosofía de la BUAP, varias instancias de la Universidad Iberoamericana Puebla, el EDAF… A partir del filósofo francés Derrida, Potel muestra la otra cara de la moneda del derecho de autor. En principio, Derrida habla de que lo que recibimos de la cultura es una herencia que no elegimos. Somos lo que heredamos y podemos aceptarlo para reactivarlo de otro modo: así, la herencia no se cierra en una totalidad. Somos huéspedes de esta herencia. Si la apropiación tiene éxito surge el sentido, a condición de que aquello de lo que me apropié sea algo diferente a mí. En esta concepción, se pone en cuestión el concepto de obra y de libro que remiten a una totalidad. Para Derrida el sentido común está en el pensamiento que la escritura transporta. La escritura se independiza de su autor y se vuelve productora de sentido. No existe un propietario de un sentido original. La escritura sobrevive a la muerte tanto del autor como del lector. Por otra parte, así como la firma de su autor asegura la unidad del texto, también necesita de la contrafirma de otro: el destinatario. La unidad de texto, cuestionada, asegurada por la firma del autor, necesita de la contrafirma de otro. El texto no se cierra. La herencia no termina. Desde siempre, la escritura está habitada por la ausencia. Sobrevive por la contaminación, contradicción y diferencia. De lo contrario, ya todo estaría dicho. En realidad hay una afirmación de lo otro que me sobrevive. Así, es posible hablar de una ética de la hospitalidad y de “envíos”, en plural, sin una destinación. “Cada envío abre una nueva forma de ser”, y está dividido desde el inicio. “Emite a partir de lo otro, de lo otro en él sin él”, lo que vuelve posible la pluralidad de remisiones. El copyright no significa sólo una propiedad privada. Es un mecanismo de cierre, para borrar el texto, para anular la diferencia, una máquina de dominio para frenar la apertura, y privarnos de nuestra herencia. Incluso para privarnos de la sobrevida —survie— del autor. El copyright no se limita a los dueños privados, sino a todos los que se adjudican una competencia soberana de lo que su autor quiso decir. Tratan de asesinar sus envíos en un solo envío que les da dinero y poder. En este sentido, lo primero no son los derechos del yo limitado, sino el compromiso con el otro, compromiso adquirido antes de cualquier contrato. Aquí, el uso de la Internet abre espacios nuevos, erosiona el concepto de autor, de editor y el pensamiento que lo sostiene de que la sociedad es un conglomerado de átomos, que no tiene un lazo previo u obligación para con los demás. En sí, la cultura no es de nadie, la hacemos entre todos, y por ello la hacemos con lo que otros han hecho antes. Mantenerla privada es privarnos del porvenir. Antes del surgimiento de la red de redes, el conocimiento se privatizaba fácilmente. Algunas élites decidían lo que se tenía que leer, editar, publicar, etcétera. La Internet se ha vuelto una transmisión de saberes liberada de algunas policías y de algunas censuras académicas, políticas, editoriales, económicas. Si no se salvaguarda el derecho al acceso al súper archivo de la red, una concentración cada vez mayor del poder de la información aumentará. El ponente concluye diciendo: lo que nos traiga el porvenir depende o no de nosotros, pero hay que elegir. Haciendo mía la propuesta del autor, debo decir que en esta entrega no sé qué es de Derrida, qué de Foucault, qué de Potel y qué mío, espero no caer en plagio. Además, opinamos que debemos tener la dignidad de luchar contra los que nos oprimen.
 
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